Contratar un seguro de vida
El Seguro de Vida es un instrumento de protección que sirve, entre otras posibles aplicaciones, para garantizar la seguridad económica a las personas que dependen de los ingresos del asegurado.
¿Para quién son útiles los seguros de vida?
La eficacia del Seguro de Vida es tan amplia que resulta de gran utilidad a todos y cada uno de sus beneficiarios; de tal forma que ante una situación de elevado riesgo, el responsable familiar se verá en la necesidad de contratar este seguro y en los supuestos de menor inseguridad o inexistencia de la misma, si se contrata, será una garantía más para aquellos a los que se desea proteger. No obstante, existen circunstancias en el transcurso de la vida de algunas personas que hacen que éstas vean de forma más determinante, la necesidad de disponer de un Seguro de Vida. Algunos ejemplos serían:
- En las situaciones de distribución de herencias, para hacer frente a los gastos de sucesiones.
- Para aquellos que tienen pendiente de pago algún préstamo y desean que sea cancelado si se produjese su fallecimiento durante la vigencia de la citada deuda.
- Para todas aquellas personas que tienen cargas familiares y que desean asegurarles su nivel de vida. En el supuesto de que tenga hijos en edad escolar, garantizarles medios económicos para que puedan finalizar su formación educativa y/ o afrontar otras necesidades de índole diversa. Todo ello, ante imprevistos que pudieran ocurrir y que afectasen a la disponibilidad de los recursos económicos de la familia.
Requisitos necesarios para la contratación
Dependiendo de las coberturas y de los capitales que se deseen contratar, la aseguradora solicitará al futuro asegurado una declaración de salud e incluso una prueba médica. En el supuesto de que sea necesario el control médico, se le indicará el centro más próximo a su domicilio y por supuesto, totalmente gratuito.
La declaración de salud debe de ser veraz. Si se omite alguna dolencia y posteriormente, ante un siniestro, se comprobase que el citado siniestro está relacionado con una enfermedad preexistente no declarada, la aseguradora podría tener argumentos suficientes para no atender el pago de la incidencia ocurrida, independientemente de la importancia de la misma.
El coste y forma de pago del Seguro de Vida
La edad, el nivel de riesgo profesional, el exceso de peso, los hábitos de fumar y beber que superen determinados niveles, incidirán en la valoración que hacen las compañías aseguradoras, ante la firma de toda póliza.
Una vez considerados todos los factores de cálculo y establecido el coste total, pueden existir ligeras diferencias en los importes a satisfacer, en concepto de primas y en función de la modalidad elegida. Veamos: Si se opta por la modalidad anual renovable, en el que la prima se calcula anualmente, dicha prima sufrirá un incremento cada año. Si la modalidad elegida es temporal, en la cual el seguro es contratado por un periodo de tiempo determinado, supongamos 8 años, el importe a satisfacer en concepto de prima será todos los años el mismo.
Antes de contratar el Seguro de Vida
En el Seguro de Vida existen varias y muy diferentes modalidades, por lo que es aconsejable recopilar suficiente información que permita seleccionar la opción que mejor se adapte a las circunstancias de cada situación personal. Conocer lo que ofrece el mercado ayudará enormemente a tomar la decisión final de contratación. La siguiente actuación será reflexionar sobre una serie de factores que van a influir, directa o indirectamente, en el modelo de póliza que procede suscribir. A modo de ejemplo citaremos algunas de las causas a tener muy presentes que influirán en la modalidad del Seguro de Vida que vamos a contratar:
- Edad del posterior asegurado, nivel de ingresos, años de actividad laboral que le quedan.
- Edad de su cónyuge, nivel de ingresos, posibilidad de incorporarse a un trabajo, (si es que no lo hace en el momento del estudio de modalidad a contratar).
- Edades de los hijos y/o personas a su cargo, años que han de transcurrir para que finalicen sus estudios y posibilidades de independizarse; cuantificar importes en función del tiempo y costes estimados, de todos y cada uno de los componentes en situación de dependencia del asegurado.
- Estado de su situación financiera: disponibilidad de ahorros, hipotecas, préstamos personales, otras deudas; gastos fijos de la familia, impuestos, otras cargas financieras.
- Comprobar si ya se dispone de seguros que se hayan contratado como anexos a otros productos. En los casos que se haya firmado una hipoteca, —uno de tantos posibles supuestos—, lo más frecuente es que también se haya contratado un seguro de vida, lo cual ha de valorarse al definir la situación financiera familiar.
Es obvio que se darán situaciones en las cuales haya otros muchos condicionantes que analizar pero lo que se pretende, con estas referencias, es resaltar la necesidad de someter a estudio todo aquello que ayude a definir la modalidad de seguro, importes de las coberturas elegidas y el tiempo de contratación necesario.